domingo, 10 de octubre de 2010

Hey, por qué no formamos una banda de garage...


Gente, luego de huir por unos cuantos días de mi cuarto, estoy de vuelta para hablar acerca de algo que me tiene relativamente esperanzado y que, por supuesto, tiene que ver con el rock. Hace una semana tuve una presentación con mi banda The Cargosos en un bar por los Olivos, y aunque eso debería representar un motivo de orgullo para el que habla, las palmas, esa noche, estuvieron dirigidas  hacia rockeros que bordean entre los 10 y 14 años, y que dan todo lo que fuera con tal de subir a un escenario y ser, por una noche, la banda que siempre soñaron ser. Hoy en Cuarto D Ensayo: Hey, por qué no  formamos una banda de garage…

Hasta ahora tengo el recuerdo de Kevin Arnold y su banda Los zapatos eléctricos. Es gracioso, ¿no lo creen? Sufrían por tocar un tema conocido, pero lo mejor era que se divertían en el intento. Ahora, por qué empiezo con esto. Bueno, por qué ahí está la esencia de una banda de garage. 

Cuando uno empieza a tocar un instrumento, siempre tiene dificultades al inicio. Como alguna vez me comentó un viejo amigo: “la técnica y las bandas que influyen en nuestro estilo, representan un 20%, el ‘feelin’ y nuestros deseos por aprender, el resto”.

Ahora, al momento de formar una banda, es todo un ritual el que se inicia. Para empezar, existen posiciones determinadas en una banda, que no en todos los casos se respeta, claro. Ejemplo: The White Stripes. Lo normal es que exista un guitarrista, un bajista, un baterista y, finalmente, un vocalista. Cada uno de ellos tiene una función específica dentro de la agrupación. 

Unos empiezan tocando covers; otros, tal vez, propias. El chiste es simplemente tocar, para muchos. 

Se encuentran aquellos que, como anteriormente mencioné, simplemente tocan por tocar, es decir, diversión sin mucho esfuerzo; en cambio, otros se toman más que en serio esto de auto exigirse al momento de tocar. 

Están los que quieren mantenerse en la clandestinidad de su cuarto o de una sala de ensayo, o aquellos que no le tienen miedo al respetable y simplemente suben a un escenario y tocan lo mejor que puedan. 

Definitivamente, es suculento y delicioso escuchar una pieza de rock tocada a la perfección, sin embargo, creo que cuando uno escucha a un pequeño de tan solo 11 años y observa cómo se exige para sacar Master of Puppets de Metallica, con mucho esmero, es más que loable su proeza así no esté bien ejecutada la canción. 

A los presentes, ¿recuerdan cuántas veces se les ha caído una baqueta o tal vez que una cuerda de guitarra se haya roto e, incluso, que uno de los micrófonos con el cual se disponían a cantar, de la nada, se apagará en pleno ensayo? Bueno, eso representa una banda de garage: momentos divertidos que siempre serán recordados y que son parte del bagaje musical de cada uno, y que es fuente de inspiración para muchos que recién se inician en este bello mundo del rock and roll…ImI…!