domingo, 12 de setiembre de 2010

Las diosas del hard rock



Gente, hace unos días una vieja amiga que vino de visita al Perú me comentó acerca de un tema que me ha dado vueltas todo el fin de semana, y que ahora quiero compartir con ustedes. Ella me dijo esto: "Hey, así como a mí me gustan los patas con cabello largo, tatuajes y cara de malo; a ti, ¿alguna vez te ha interesado el prototipo de una chica ‘rockera’ o, en todo caso, que toque en una banda de rock?" Bueno, sólo recuerdo que atiné en responder su extraña pregunta con tan solo siete palabras: " La bajista Sean Yseult de White Zombie".

Ahora, debido a mi respuesta, me imagino que muchos piensan que me fumé algo; pero solos les digo que así como ellas tienen una fijación por un rockstar, estoy seguro, y no se hagan (risas), de que el headbanger promedio, en algún momento, a fantaseado con la pose de una rockera mata pasiones, o incluso ha llegado a decir: "Esa chica tiene algo, pero no sé qué es…".

Esta extraña fijación por las rockeras irrumpió en mí a partir de los trece años. No sé, pero la primera vez que vi a la bajista de White Zombie, Sean Yseult, interpretando “More Human Than Human”, simplemente, me quedé ‘lelo’. Y es que no sólo es su despliegue en el escenario lo que me atrae; la actitud que muestra al momento de balancear su larga cabellera teñida de verde sobre su firme bajo, y la ligera, pero misteriosa sonrisa que se deja ver por momentos, hace más que llamativa a la ex pareja del ‘lechero’ de Rob Zombie.

En los ochentas, si bien existió una Madonna que controló el género pop, y el gusto libidinoso de muchos, también, dentro glam metal, existió un delirio colectivo hacia una mujer de voz ronca y mirada penetrante. Lita Ford, la ‘diosa del rock’, esbozó en más de uno el gusto no sólo por la música, sino por la actitud desplegada en los escenarios de chica mala del rock. Cómo olvidar su interpretación de Close my eyes forever” junto al tío Ozzy Osbourne. Simplemente ‘soberbia’.

Ya en los noventas, la laca, el rímel y el tinte excesivo fueron dejados de lado, para dar pie a las cabelleras rubias, los ojos encendidos y los grandes labios gruesos. Rockeras contestatarias en su momento como Courtney Love, Gwen Stefani y Alanis Morissette son el vivo retrato de que los gustos y la forma de ver a las rudas del rock, cambiaron con el tiempo.

Para aquellos que les gustan las chicas con timbre de voz alto, al estilo mesosoprano, y de una belleza sin igual, se encuentran las más heavy de contorneo agresivo, pero de dulzura en el escenario. Tarja Turunen de Nightwish, Simone Simons de Épica y Amy Lee de Evanescence representan el sueño de muñecas de porcelana, combinado con letales dosis de movimiento de cabeza al estilo Jason Newsted, ex bajista de Metallica.

Solo me queda decir que ya sea por su voz o por lo extremadamente orates que se comportan en el escenario, las diosas del hard rock tienen ese algo que muchos no se explican qué es, pero que encandila y enfatiza la rudeza de un género que, estoy seguro, tendrá más adeptos a partir de hoy.

Pd: A continuación, presentaciones de White Zombie con la bajista Sean Yseult y Épica con Simone Simons en la voz.



2 comentarios:

Peppian dijo...

te olvidaste de Doro Pesh de Warlock...mas riiii.....

Martín Alvarez López dijo...

Hay un montón de 'ricuras' dentro del rock en la actualidad. Otro día haré un segundo post sobre este tema :)